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CLARÍN
SOCIEDAD
1/9/13
Manual literario de autoayuda sexual
La autora, Sasha Grey, es la chica de dieciocho años que se metió en la industria de la pornografía porque era el único lugar donde una mujer gana más que un hombre. Y además porque en ese territorio podía experimentar todas las fantasías que desde adolescente se le habían cruzado por la cabeza.
http://www.clarin.com/sociedad/Manual-literario-autoayuda-sexual_0_985101628.html
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NADA ES LO QUE PARECE
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por Horacio Velmont
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Existe la falsa creencia de que las mujeres que se someten a ser vejadas en las películas porno de sexo extremo –¿se entiende a qué me estoy refiriendo cuando menciono “sexo extremo”?– es porque son masoquistas y necesitan de la violencia para excitarse, o simplemente porque la violencia les provoque placer. Nada más alejado de la realidad.
Desde ya que ninguna mujer va a confesar lo que en realidad le sucedió para llegar a esos extremos, y si le preguntan la razón de que se preste para ser utilizada de esa forma tan perversa dirá algo así como “quise explorar la sexualidad al máximo” o alguna frase parecida que le permita zafar de una respuesta incómoda sobre un hecho ominoso que prefiriría nunca recordar.
Quizás quien esté leyendo estas líneas no llegue a captar a qué me estoy refiriendo realmente. Trataré de explicarlo.
http://www.pornoxo.com/videos/1823/sasha-grey-extreme-bdsm.html
Existe una práctica erótica llamada Bondage que implica la inmovilización de una persona, sea con cuerdas o con cualquier otro elemento, como medio de aumentar la excitación sexual, excitación que proviene de la adrenalina que genera el peligro de estar atado.
Como cualquiera sabe, la excitación sexual también puede aumentarse a través del dolor. En esto las variaciones son “ad infinitum”, ya que cada persona tiene su propio rango de sufrimiento erótico, para llamarlo de alguna manera. Más allá de ese rango el dolor es sufrimiento puro y para nada placer. Algo así como tener un agudo dolor de muelas o quizás peor.
El quid es que en las películas porno de sexo extremo se supera hasta más allá de cualquier límite ese sufrimiento, a tal punto que lo único que lo distingue de las torturas que se infligen a los prisioneros de guerra es que por lo general no se dejan marcas y que la víctima sabe que el propósito no es matarla sino esimplemente económico: la venta de los videos.
Ésta es la razón de que hayamos dicho al principio que ninguna mujer se va a someter, no importa la paga y la cuota de masoquismo que posea, para que la torturen de la misma forma que lo hacen con los prisioneros de guerra para sacarles información.
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Retomando lo dicho al principio, en el caso de Sasha Grey, ella necesariamente tuvo que ser “iniciada” en el sexo extremo. En otras palabras tuvo que “caer” en las garras de lo que podríamos con toda justeza denominar “la Mafia del Bondage”.
Este tipo de Mafias operan, por lo general, de la siguiente forma: una agencia de contrataciones pone avisos solicitando mujeres jóvenes para labores de modelaje, ofreciendo muy buena remuneración.
En primer lugar, a la víctima elegida le hacen firmar un contrato que contiene cláusulas disimuladas por las cuales ella autoriza a los contratantes a practicarle cualquier tipo de perversiones sin limitación alguna. Luego la invitan a concurrir al lugar convenido donde se harán las filmaciones. Pueden decirle, incluso, que se trata de Bondage –probablemente ignore de qué se trata– cuya práctica quizás le provoque algunas incomodidades, pero que la buena retribución las compensará. También pueden decirle que ella puede detener cualquier práctica de este tipo en cuanto le resulte molesta.
Como la paga es realmente buena, la víctima a lo que menos le presta atención es a las eventuales incomodidades. Obviamente no sabe lo que le espera.
Una vez en el lugar, las puertas se cierran herméticamente y ya no puede escapar. Durante tres o cuatro días se la someterá a todo tipo de vejaciones de las que no tendrá forma de librarse.
Cuando uno ve esta clase de videos, que dicho sea de paso están a disposición de cualquiera en la Red, sin ningún tipo de restricción, salvo esa advertencia tan tonta de “no entre si es menor de edad”, no puede entender cómo es que la modelo se presta casi sonriente a que la aten, aunque sabe que después la violarán y la harán sufrir hasta que grite desaforadamente de dolor.
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Pero la respuesta es que primero la “preparan”, generalmente introduciéndole en el ano un vibrador eléctrico. Una vez hecho esto aprietan el primer botón que le hace pegar un salto a causa del dolor insoportable. Luego le dicen que si no se presta dócilmente a todo lo que le hagan, continuarán con el segundo botón y así sucesivamente. Esto basta para que la víctima comprenda que no tiene otra salida que someterse a lo que le quieran hacer, esperando que todo termine pronto. Nada que ver, por lo tanto, con el masoquismo.
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Otra forma de someterla es hundirle la cabeza en una tina hasta sacarla media asfixiada. Ninguna se resiste después de esto. Como de lo que se trata no es inflingirle dolor solo para filmar su padecimiento –no se trata esencialmente de videos de torturas–, los operadores sexuales procuran provocarle orgasmos a través del sufrimiento, lo cual siempre logran.
Hay una relación muy íntima entre el sufrimiento físico y el placer sexual, y la víctima, a lo largo de las sesiones, alcanza varias veces el climax. Este detalle es, justamente, el que hace valioso al video como mercancía por la natural excitación que provoca en el que lo mira.
¿Qué es lo que le sucede a la modelo luego de que le pagan lo prometido y regresa a su hogar y a las cosas cotidianas? Pues que pierde el interés por el sexo común e intenta repetir la traumática experiencia. Ésta es la razón de que muchas mujeres se hagan adictas a este tipo de Bondage violento, además de porque la paga es buena, claro está. Los productores de este tipo de videos no tienen problemas para pagar bien estos “servicios”, ya que ellos ganan fortunas explotándolos.
No es necesario agregar más nada a lo expuesto porque ya lo hemos abordado exhaustivamente en otra página. Me refiero al caso de Angiekitana, que cayó en las garras de la Mafia del Bondage:
https://horaciovelmont.wordpress.com/2014/11/12/la-mafia-del-bondage/
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